Hemos pasado cuatro días en una casa rural de un pueblecito del norte de León, muy cerca de los Picos de Europa. Es un poco complicado viajar con cinco perros y ha sido posible gracias al préstamo de una furgoneta; Neska, la perrita de casi dieciocho años, se ha quedado en manos de un ángel y el resto se ha portado muy bien.Hemos disfrutado de largas sesiones de monte, carreras por las campas y siestas de sofá-cama. Tampoco han faltado pequeños robos de comida por parte de los galgos.Los detalles más adelante.
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Me imagino que habrán disfrutado un montón, y a veces tengo la idea de dejar a Caballero el saco de la comida a la espera de saber cuanto se comería, creo que tiene hambre genético y me encanta como roba la comida, como si no hubiese sido él.... así como al despiste.
ResponderEliminarUn beso.
Jajajaja, qué buena foto!!!juntos pero no revueltos...son capaces de apiñarse en 1 metro cuadrado sin que parezcan desordenados....el inconveniente en esta "fregoneta" fue el desorden de maletas!!jajaja
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