Exhibición de canicross en la noche blanca burgalesa

A las 21,30 h el paseo de la Isla estaba repleto de gente, ruido de altavoces, cohetes, música, voces, mucho alboroto para mis galgos, en especial para Lira; cada vez que sonaba un petardo quería meterse dentro de cualquier coche, debajo de una mesa, de las piedras. Pensé que ella no podría participar, que se iba a quedar bloqueada con la cola entre las piernas. Empezamos a correr y se acrecentó, fueron tres cortos kms., y ella tirando de mí, me arrastraba con fuerza, ¡increíble! No le distraían los estímulos estridentes del ambiente, las orejitas hacia atrás apoyadas en su cabeza y casi al trote llegamos a la meta. De nuevo se encogió, quería desaparecer. Al llegar al coche se tumbó, suspiró y no se movió hasta llegar a casa.


Hicimos un largo recorrido en coche para participar en esta carrera, mereció la pena.

Reencuentro, corto pero muy intenso con una amiga que hacía muchos años que no la veía, tantos que creí que no nos íbamos a reconocer; el afecto de la familia que nos animó y arropó envueltos en un ambiente festivo. Tarde quizá demasiada intensa para mis perros y para mi coraza cotidiana que se resquebrajó por la emoción.

Lagun y Lira tuvieron empacho de mimos, todo el mundo se acercaba a acariciarlos, hacerles fotos, preguntar por su raza. Fueron estrellas de la mágica noche blanca burgalesa.

Bello mar

Me falta el mar, el movimiento de las olas que marcan el ritmo del tiempo, que soplan como el corazón regenerador de vida, el olor a salitre... Me asomo a la ventana y miro a lo lejos, intento perderme en el espacio y viajar, ver la lejanía. Cuando regreso, contemplo lo que hay delante de mí, la alta hierba se mece con la cadencia que le marca el viento y me asombro, ¿cómo no he sido capaz hasta ahora de ver este hermoso verde mar?

Pintxito

Pintxito también se ha dado cuenta de que estoy al otro lado de la calle. Me llama para que vuelva inmediatamente a casa y llenarle el cuenco de bolitas ¡se han comido todas Lagun y Lira!

No sé qué voy a hacer con estos triperos, ¡se comen hasta el jabón!

Visita

Estuvimos de visita, Lagun y Lira se quedaron en el jardín, porque se estaban comportando como verdaderos rateros, pero ¡ay! , Lagun quería entrar al interior de la casa. Ladró, lloriqueó, tocó y rascó la puerta... como no lo conseguía, decidió entrar por la ventana.

Para Lagun no hay obstáculos.

Foto del evento

Participantes que quisieron aparecer en la foto.

Lagun y Lira en la cárcel

El pasado domingo por la mañana y durante casi tres horas, la asociación Galgo Leku permaneció en el interior de la prisión. Hizo una exposición sobre el rescate, acogida, socialización y preparación del galgo para entregarlo en adopción y que al fin lleve una vida digna, a los presos de Nanclares de la Oca que quisieron participar.
 Después en uno de los patios soltamos a los perros, participamos en juegos, ejercicios de obediencia y charlamos. Juntos, presos, perros, gente de la asociación, voluntarios y algunos trabajadores, pasamos una mañana increíble, rompimos la monotonía de la vida de la cárcel y sacudimos alguna conciencia.

 Preparando la exposición en el salón de actos de la prisión

 En el patio Lagun y Lira

A la salida, contentos con la experiencia

Todos quieren volver a repetir.

Seriedad fundida

Serios y concentrados, hablábamos de la puesta en marcha de nuevos programas y proyectos para mejorar la calidad de la asistencia, de cómo movilizar a la gente... Lira nos miraba embelesada y Lagun reflexionaba, inmerso en el infinito, mirando más allá del tiempo y del espacio. Era su hora de paseo y lo alteraba con menudencias de humanos.
De repente, uno de mis compañeros rompe a reir a carcajadas:
- Mira lo que está haciendo el perro.
Giro la cabeza, su pata trasera bien levantada y de la entrepierna le manaba un chorro cálido directamente a mi pantorrilla.
Como siempre montando algún espectáculo.