Terapia impuesta

Me cuesta desprenderme de las cosas, todo puede servir en algún momento,la ropa, porque la moda es cíclica, me repito y si una prenda después de años vuelvo a reutilizarla, me refuerza aún más esta costumbre; guardo diversos trastos porque los puedo, hipotéticamente, utilizar más adelante, o les doy un valor afectivo. El resultado es que no tiro nada. Pero, los galgos me han impuesto una terapia, cada uno en su especialidad ha vapuleado mi tendencia a guardar. Primero llegó Lagun y me hizo renovar varios utensilios como tijeras, alfombras, mantas, tiestos, zapatos, cubos... Una vez destrozados ¿para qué los voy a guardar?. Después llegó Lira, su especialidad: ropa de vestir, chaquetas, blusas, calcetines...
Entre uno y la otra, a partir de ahora, voy a tener más espacio, la decoración de mi casa va a estar periódicamente renovada y yo, siempre a la última moda.