Primer canicros

Comienza la cuenta atrás. El próximo día 26 vamos a Logroño a participar en nuestra primera carrera de canicros. Son cinco kilómetros. Estamos nerviosos. La distancia no nos asusta, pero sí la salida. Va a ser muy fuerte. Lagun, sobre todo al principio, contagiado por la excitación del momento, va a tirar con mucha fuerza y tendré que poner especial atención para contenerlo y no me arrastre.
Algunos participantes van a un polideportivo, les dejan las instalaciones para dormir y usar las duchas; habría sido una experiencia divertida. Lo peor es que los perros tienen que dormir en transportín. Lagun y Lira, que también la voy a llevar de espectadora, son perros de sofá. Nosotros dormiremos en cama.
Cuando llamé a la pensión pregunté si dejaban subir a la habitación al perro, condición indispensable, y me contestaron:
-Normalmente no dejamos perros, pero haremos la vista gorda.
Tendrán que hacer una vista muy gorda, porque mis dos galgos no son precisamente caniches toy.