martes, 21 de septiembre de 2010

Rápida y obediente

Me encanta verlos jugar. Tienen sus normas, corren, se muerden, hacen competiciones (gana Lira). Si se acerca algún perro, ellos le admiten. Ayer, vino un pastor alemán, se incorporó al juego, hasta que quiso imponer sus reglas.



Los galgos, ¡sin contar conmigo!, en vez de enfrentarse a él, decidieron irse, se marcharon por el camino en dirección a casa. En un milisegundo los dejé de ver.



Les llamé, la primera que llegó fue Lira, que además de rápida es muy obediente.

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