Ya hemos vuelto de Navarrete. Lagun se ha portado como un campeón. A pesar de no estar acostumbrado a estar en lugares con mucho bullicio, se porta genial. Es un poco miedoso y precavido.
En la pensión, estaba asustado. Nuevos olores y ruidos. Las baldosas del suelo se movían y le paralizaba,
pero pronto encontró el lugar de descanso.
Al volver del baño, ya había elegido el sitio para dormir..
No ha querido quedarse solo un momento.
Sin embargo, en la competición ha sido atrevido.En la línea de salida, casi todos los perros ladraban excitados, él nervioso, pero callado, me miraba a los ojos y se pegaba a mis piernas. Desde que ha sonado el silbato ha ido tirando. El recorrido, de tierra y piedras, con muchas subidas y bajadas, muy inestable para la pisada. No he podido evitar una caída. Lagun ha ido siempre adelante y tirando, menos cuando me he caído que ha parado en seco. Al llegar a la meta, con el bullicio de la gente se quedaba entretenido, ha sido el único momento que se ha desconcentrado. Está hecho un vencedor.
Ha recibido un montón de mimos, y su obsesión era estar cerca de la mesa donde repartían bocadillos, pegó varios mordiscos furtivos. Se ha acercado mucha gente a acariciarlo y le han dado chucherías sin parar.
En mi categoría no había más participantes, así que hemos subido al podium.
Al volver al coche, se me han acercado unos gitanos y querían comprarme el perro. ¡Horror! ¡He sufrido una descarga eléctrica! Hemos salido despavoridos.
¡Gora Navarrete! La plaza de toros la usan únicamente como parking público.