Nos hemos encontrado con un perro pastor belga, de nombre Hator. El encuentro ha sido raro, mezcla de invitación a juego, gruñidos, no me ha dado buen rollo. Han empezado a correr, a Hator no le ha hecho mucha gracia no poder alcanzar a los galgos, les esperaba y cuando pasaban junto a él, les mordía el lomo, el juego ha subido de tono, hasta que se han enzarzado Lagun y Hator. Con mucho ruido, parecía que se iban a destrozar, ni un rasguño, pero me he quedado impresionada. Lira, menos mal, que se ha mantenido al margen.
Lagun, prefiero verte así.
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