En la campa donde solemos ir a jugar y a correr, nos encontramos con tres niños. Estaban sentados y echaban migas de pan a los peces del riachuelo. Lagun, los vio y se puso "de muestra", parado y controlando. Le dieron confianza y además¡tenían pan!Puso en marcha sus estrategias primero para llamar la atención y después seducir. Comenzó con carreras cortas y rápidas al más puro estilo galgo (sabe que eso no falla). El primer objetivo estaba conseguido. Después se les acercó ladrando y poniendo posturitas. Los niños le echaron pedacitos de pan, que comía bien a gusto, pero él quería el pan entero. Hizo amagos de aproximación y retirada, alternando timidez y desparpajo, así conseguía cada vez estar más cerca del pan. ¡Quería robarles el bocadillo! No me gustó nada cómo se ponía el asunto, le até y nos fuimos. Me miró a los ojos y me dijo con voz varonil: un rato más y lo consigo.
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