martes, 8 de junio de 2010

Así empezó todo


Me enteré del maltrato que sufren los galgos en este país y sentí la necesidad de ayudarles. En aquel momento, sólo vi una: adoptar.
Víctima de la cría indiscriminada, Lagun estaba destinado a morir de inanición. Rescatado, fui a buscarle y le traje a casa. Estaba muy débil y enfermo. Tenía, sobre todo una diarrea imparable. Sucesivos estudios de heces, tratamientos farmacológicos, cambios en la alimentación. Nada servía. En el resultado de cada prueba aparecían nuevos parásitos. Su aparato digestivo ya dañado, sólo admitía comida triturada. Dos meses necesitó para recuperarse.

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