jueves, 15 de septiembre de 2011

Atardecer

Pasear por el campo con los perros al atardecer  es un placer que  reconcilia con uno mismo. La luz se va apagando, los rayos del sol templan la piel sin quemar, las sombras se atenúan, los sonidos son más leves, oigo los pasos de mis perros y mios sobre el camino, seguimos el ritmo de la tierra. Acompañamos a las ovejas que vuelven a su redil mientras los pájaros espacian los cantos, las voces de los humanos casi susurran. El silencio arropa a la naturaleza que se prepara para soñar en un mundo sin maltrato a los animales.

1 comentario:

  1. Después de estos días de sufrimiento desgarrador,nada mejor que encontrar un paraíso de serenidad en el paseo...estoy segura de que Afligido ha respirado ese aire de paz contigo y los galgos...

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