viernes, 25 de marzo de 2011

No hay sitio seguro

Ya estamos casi adaptados. En el piso hemos perdido comodidad, no tenemos jardín, pero es grande, apenas está amueblado y los perros tienen mucho espacio para vagabundear. Neska está ciega, puede dar muchas vueltas sin chocarse; los galgos llegan a los lugares más altos, han aprendido a abrir puertas, cajones y armarios, así que no hay sitio seguro donde esconder la comida. Y para descansar del atracón después del robo, una buena siesta al sol, como si no hubiera pasado nada.

1 comentario:

  1. Hola! se le ve bastante adaptada,je,je..les encanta el sol! Por otra parte, respecto a la entrada anterior, donde vivo ahora, en un pueblo de Tarragona también se meten conmigo porque les pongo el abriguito pero a mí me da igual... sé como cuidan ellos a sus perros y eso sí que es lamentable!
    El otro día un hombre mayor me heló la sangre diciéndome cómo acababa él con los perros que ya no le servían... ahí sí me puse como una fiera, qué gentuza! y que encima tenga la desfachatez de contármelo! qué desgraciado!

    ResponderEliminar